En su viaje a Tierra Santa del 24 al 26 de mayo próximo, el papa Francisco cumplirá un viejo sueño: el de rezar junto con su amigo el rabino Abraham Skorka ante el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado de los judíos, en Jerusalén, así como en Belén, en territorios palestinos, donde Jesús nació hace más de 2000 años. Así lo adelantó a La Nación, Skorka, que participó el jueves del almuerzo grupal que Jorge Bergoglio compartió con dirigentes de la comunidad judía y rabinos de la Argentina, y que también comió con él anteayer, junto a su mujer Silvia. "Hablamos concretamente del viaje, faltan cerrar detalles, pero todo se está proyectando muy positivamente, con perspectivas de poder materializar nuestro sueño. Es claro que la paz en Medio Oriente es un tema que está en el corazón de Francisco", dijo Skorka. "Intercambiamos ideas acerca de cómo podemos dar un mensaje de paz, esperanza y fe en general y, en especial, en Tierra Santa. Nuestro trabajo por el diálogo, como lo hacíamos en la Argentina, sigue manteniéndose en pie", destacó el rector del seminario rabínico latinoamericano de Buenos Aires. "Creo que son cosas que no se deben ocultar, porque nuestra idea es poder dar un aporte para ayudar a entender qué significa el diálogo, qué significa la espiritualidad, las cosas del alma, la búsqueda de Dios. La diferencia es que ahora él es Papa, pero seguimos con el mismo compromiso, pero a nivel más global", agregó Skorka, autor junto a Bergoglio del libro Sobre el cielo y la tierra . Skorka, que lo vio a Francisco "totalmente informado acerca de la realidad del país", contó que, al margen del futuro viaje a Tierra Santa y del diálogo judeocristiano, también habló de cómo desarrollar más asistencia y ayuda a los necesitados de la Argentina, y de obras de caridad. "Lo vi bien, sereno, sosegado, muy concentrado en su agenda y muy seguro de lo que está resolviendo", dijo Skorka.(Elizabetta Piqué-La Nación)