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La prensa mundial protege al Papa Francisco
03 - 09 - 2018 - PAPADOS - Francisco

En 2003, The Boston Globe ganó el Premio Pulitzer por sus reportajes sobre el encubrimiento de abusos sexuales masivos por parte de la Iglesia católica y, en concreto, la archidiócesis de Boston. (Fuente: Infovaticana)

En 2018, el arzobispo Carlo Maria Viganò, antiguo embajador del Vaticano ante los Estados Unidos, ha publicado un memorándum de once página alegando que el Papa Francisco y otros miembros del Vaticano habían reincorporado al cardenal Theodore McCarrick a un cargo público a pesar de las creíbles acusaciones de abuso sexual de seminaristas y menores. El memorándum ha sacudido a la Iglesia católica; el Papa Francisco se niega a hacer comentarios; otras fuentes han dado un paso adelante para apoyar las afirmaciones de Viganò.

El cardenal Blase Cupich de Chicago ha increíblemente afirmado que el Papa Francisco no debe hacer comentarios, ya que “su agenda es mayor. Tiene que seguir adelante con otras cuestiones, tiene que hablar del medio ambiente y proteger a los emigrantes y llevar adelante el trabajo de la iglesia. No nos vamos a aventurar hacia lo desconocido por este tema”.

¿Acaso se ha precipitado la prensa para investigar las afirmaciones de Viganò? ¿Ha exigido una respuesta al Papa Francisco? ¿Hemos visto, por parte del equipo del Globe, el mismo tipo de cobertura informativa valiente y exhaustiva de las actividades de Francisco que vimos en 2003? Claro que no.

En cambio, los medios de comunicación convencionales han seguido retratando a Viganò como un conservador descontento que está furioso con la interpretación progresista que hace el Papa Francisco de la doctrina católica. The New York Times ha titulado: “Las luchas por el poder en el Vaticano estallan mientras los conservadores se abalanzan”. El titular de la versión impresa es incluso peor: “Francisco escoge el buen camino mientras los conservadores se abalanzan, y acepta las críticas públicas”.

Sí, según el Times, la historia no iba sobre el Papa siendo acusado, verazmente, de encubrir abusos sexuales, sino de los conservadores atacándole por ello. El problema del acoso y abuso sexual a niños por parte del clero se ha mantenido en segundo plano en la política de izquierdas de Francisco, tal como el artículo del Times deja claro en el primer párrafo: “Desde el inicio de su pontificado, a medida que Francisco ha intentado establecer una iglesia más acogedora alejándola de temas que son causa de confrontaciones culturales, como el aborto o la homosexualidad, ha enfurecido a los católicos tradicionalistas. ‘¿Quién soy yo para juzgar?’, dijo el Papa en una frase que ya es célebre, cuando le preguntaron sobre los sacerdotes homosexuales. Este fin de semana hemos podido ver lo iracundos que están sus enemigos políticos y doctrinales…”.

No ha sido sólo el Times. Hace unos días, Reuters tituló: “Los medios de comunicación conservadores se ponen en primera línea en la batalla para socavar al Papa Francisco”. The Telegraph (del Reino Unido) ha declarado: “Analistas del Vaticano afirman que el ataque parece formar parte de un esfuerzo conjunto de los conservadores para destruir al Papa Francisco, que nos les gusta por sus puntos de vista progresistas…”.

Pero, ¿por qué, en nombre de Dios, apelar al Vaticano a no defender a los abusadores sexuales es un asunto político para la prensa? ¿Por qué no es esto algo sobre lo que podemos estar todos de acuerdo? ¿Por qué la prensa no le está planteando al Papa preguntas duras, en lugar de centrarse sobre las supuestas motivaciones de los denunciantes?

Lo único que consiguen los intentos vergonzosos de los medios de comunicación de encubrir a Francisco, porque aman su política, es exponer las reales motivaciones malignas de muchas personas que trabajan en ellos: les causaba felicidad sacar a la luz pública la mala conducta y el mal que había en la Iglesia católica cuando el Papa era un conservador y, en cambio, son felices de poder ayudar a encubrirlo todo cuando el Papa es un progresista.

Esto es infame. Y la mayoría de los católicos comprenden que si los miembros de los medios de comunicación -un grupo de gente abrumadoramente secular-, están defendiendo con firmeza un papado acusado de encubrimiento de abusos sexuales, no es por buena voluntad de la Iglesia en general. Es debido a la creencia de que la doctrina tradicionalista debe ser arrancada de raíz a toda costa, aunque esto incluya el abuso de menores y la violación del Derecho Canónico fundamental.

La cobertura informativa de los medios del potencial escándalo de encubrimiento por parte del Papa Francisco y sus asociados, que es cada vez mayor, no pone en entredicho a los católicos conservadores. Pone en entredicho a los miembros de los medios de comunicación, que parecen dispuestos a destapar las fechorías sólo cuando sirve a sus intereses políticos, y a someter los intereses de los inocentes a su agenda política cuando deben.

Ben Shapiro es editor jefe del The Daily Wire y presentador del The Ben Shapiro Show, disponible en iTunes y distribuido en América.