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Vientres de alquiler en Ucrania chocan con la legalidad
03 - 09 - 2018 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

Treinta parejas están varadas con los niños por los que pagaron en el país eslavo debido a que España no les está expediendo pasaportes españoles. (Fuente: Forumlibertas)

Los vientres de alquiler –prohibidos hasta la fecha en España- están provocando situaciones paradójicas. Los vientres de alquiler cosifican el cuerpo de la mujer y lo convierten en una mera proveedora de servicios. Esos servicios son ni más ni menos la compra de bebés por parte de parejas que no pueden tener hijos.

A ese respecto, recientemente se ha dado una polémica en España en relación con Ucrania, uno de los países a los que parejas españolas buscan poder acceder a estos servicios que mercadean con vidas humanas. La polémica ha sucedido porque treinta parejas españolas que pagaron por conseguir una madre que tuviera un embarazo para venderles posteriormente el bebé han encontrado un escollo burocrático.

El consulado español no está registrando esos niños como españoles como se habría estado haciendo hasta entonces saltándose la legalidad española. Un mundo global como el que vivimos provoca situaciones como estas: me gustan los derechos del país en el que vivo, pero como no me gustan algunos de sus deberes, viajo a otro país con una legalidad más laxa y hago lo que no puedo hacer en mi país. Luego regreso con el resultado de esa ilegalidad y pido que mi país de origen me la reconozca.

Esas parejas han pedido que se les dé la nacionalidad a esos niños y los medios de comunicación han tomado partido por uno u otro bando. Después de que se haya hecha pública la polémica, el consulado español ha manifestado que hay que buscar otra solución, como podría ser que el bebé consiguiera primero la nacionalidad ucraniana y luego regularizara su situación en España. Las parejas por ahora no pueden moverse y se quejan. Se quejan y piden que su país de origen asuman la ilegalidad de sus actos en el extranjero.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha explicado que se está estudiando caso por caso con lupa, atendiendo toda la documentación aportada. Eso es debido a que la administración ucraniana ha advertido a las autoridades españolas de “posibles casos de mala praxis médica asociada a los procesos de reproducción asistida, así como casos de posible tráfico de menores”. Las soluciones deben ser siempre individuales, según el Gobierno español.

Estas treinta parejas han levantado la libre y otras decenas de parejas que esperan recibir los niños por los que han pagado en las próximas semanas, están ahora angustiadas por la elección que decidieron en el pasado. “¿Cómo nos organizamos para esperar a nuestro hijo, que está en la semana 28 de gestación y nacerá en noviembre, si no hay forma de aclarar cómo serán los nuevos trámites, ni cuánto durarán?”, plantea una futura madre madrileña al diario La Vanguardia, que prefiere que no se publique su nombre.

“Cuesta mucho decidirse por esta opción. Todos hemos pasado por varias fecundaciones in vitro, por tratamientos de todo tipo, algunas tenemos enfermedades que nos impiden la gestación y, al final, acudimos a esta posibilidad porque estaba clara y era asequible para nosotros, no era el dineral que hay que pagar en Estados Unidos”, explica.

La sociedad del deseo en la que vivimos está llevando a muchas parejas a creer que ser padres es un derecho, incluso por encima de impedimentos biológicos. ¿Optará nuestra sociedad por asumir que mercadear con vidas humanas es legítimo para cumplir con esos deseos?