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Rebelión de sacerdotes contra el Primado de México
11 - 08 - 2018 - IGLESIA - América

Nombrado por Francisco a finales de 2016, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de México, se enfrenta a la creciente oposición del conservador clero mexicano, aglutinada en torno al Centro Catolico Multimedia (CCM). (Fuente: Infovaticana)

La iglesia mexicana es bastante peculiar en el contexto latinoamericano. Ha sufrido una espantosa persecución no demasiado lejana, luego un sinnúmero de restricciones constitucionales y, hoy, es el lugar del mundo donde mueren asesinados al año más sacerdotes. Todo esto ha hecho de ella una iglesia conservadora, recelosa de todo proceso revolucionario y bastante apegada a la tradición, una ‘iglesia de resistencia’. La Teología de la Liberación, que caudó estragos en toda la América Hispana, ha dejado escasísima huella en México, también por esa razón.

Esa suspicacia ante los cambios la ponía en rumbo de colisión casi inevitable con el Papa Francisco. Y, en efecto, empezaron los roces. El Cardenal Norberto Rivera Carrera, entonces primado de México, fue uno de los trece cardenales que escribieron una carta a Su Santidad en octubre de 2015, al iniciarse el segundo Sínodo de la Familia, en la que denunciaban “resultados precocinados”, lo que cambió considerablemente lo que acabó saliendo de aquella reunión.

También criticó los manejos del Papa con los obispos mexicanos cuando el Santo Padre visitó México en 2016. Consecuencia: en cuanto Rivera presentara su renuncia canónica por edad, el Papa se la iba a aceptar sin un instante de vacilación.

Y para suceder a Rivera buscó entre el episcopado azteca un prelado más cercano a sus tesis. Lo encontró en la diócesis de Tlalnepantla, en la persona del arzobispo, Carlos Aguiar Retes, a quien conocía de la CELAM, la organización que reúne a los obispos de toda Latinoamérica, de la que fue secretario general. Francisco fue el encargado de editar la célebre declaración con que se cerró la Asamblea de Aparecida en 2007.

Pero si el nuevo primado estaba ya a partir un piñón con Roma, pronto empezó a chocar con sus colegas y subordinados en su tierra. El conflicto se hizo inocultable a principios de mes, cuando el semanario mexicano Proceso tituló un reportaje sobre el particular titulado ‘Rebelión sacerdotal contra el Cardenal Aguiar Retes’.

Hay razones, digamos, de procedimiento. Aguiar Retes ha iniciado ambiciosas reformas estructurales en su diócesis, que quiero dividir en muchas, de modo que cada vicariato de la capital se transforme en una. Los sacerdotes críticos, que han tomado como altavoz en Centro Católico Multimeda (CCM), sugieren que el primado quiere así premiar a sus leales y deshacerse de los auxiliares heredados de Rivera.

Pero hay otra razón menos ‘burocrática’: el arzobispo ha llevado a cabo un acuerdo de colaboración con la asociación internacial de víctimas de abusos SNAP. Problema: muchos alegan que SNAP es un enemigo frontal de la Iglesia Católica en su conjunto y, se crea o no, tiene en su contra el intento de llevar al Papa Benedicto XVI ante un tribunal internacional para que respondiera del encubrimiento de casos en la Iglesia.