"A principios de siglo XX triunfó en Uruguay una secularización muy dura y no una laicidad positiva que llevó al arrinconamiento de lo religioso y sobre todo de lo católico. Otras manifestaciones religiosas se viven y se aplauden, pueden tener sus monumentos públicos sin que ocasione ningún tipo de problema pero si la Iglesia Católica ahí se complica la cosa", aseveró Sturla al recordar la negativa para instalar una imagen de la Virgen María en La Rambla.

El prelado precisó que "si la Iglesia funciona como una ONG organizada se pueden firmar contratos con el Estado, pero si la Iglesia aparece en el ámbito público con un rol relevante o da su opinión causa 'dificultades'". "Parece que el mensaje fuera Iglesia a las catacumbas y católicos conserven la cabeza gacha", denunció.