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Irlanda del Norte: Católicos y protestantes contra la violencia
23 - 07 - 2018 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

Como en la década del 60, un plan de guerrilla urbana invadió la última semana la ciudad símbolo de la paz y de la reconciliación de los irlandeses. Disidentes republicanos atacaron a los protestantes. Fue ante el 400° aniversario de la batalla de Boyne. (Fuente: Valoresreligiosos)

«La ciudad de Derry no merece la violencia». El obispo Donal Mc Keown y la comunidad católica se manifestaron el 13 de julio por la tarde al final de una semana que estuvo llena de agresiones, sobre todo contra el barrio “The Fountain”, 350 personas principalmente protestantes, separado de la católica “Bishop Street” por uno de los tantos “peace walls” que desde la época de los Troubles, a finales de los años 60, fueron erigidos para contener los desórdenes entre los dos grupos sectarios. Todavía es difícil removerlos, alejando cada vez más los intentos del gobierno de cancelarlos definitivamente antes de 2023. A pesar de que ya no impidan, evidentemente, los ataques.

Una semana de violencia se vivió en toda Irlanda del Norte en el aniversario de la batalla del Boyne, que todavía es motivo para demostraciones, después de más de 400 años por parte de los orangistas. No fueron solamente los Bonfire, las cabañas de madera incendiadas entre el 11 y el 12 de julio, sino todo un plan de guerrilla urbana que en la ciudad de Derry, lugar símbolo de la paz y de la reconciliación para Irlanda del Norte, en el que disidentes republicanos atacaron a la parte protestante. La noticia importante fue que los que reaccionaron unidos en contra de la violencia fueron los miembros de la comunidad local, que caminaron hombro con hombro bajo un neto “no” en contra de estas demostraciones anacrónicas.

«La última semana fue dura para muchas personas de esta comunidad –dice Mc Keown–, fuertes emociones, palabras elevadas de tono y rabia fueron desplegadas en diferentes frentes. Por ello quienes se encuentran en posiciones seguras, como las que tenemos nosotros que en esta ciudad todavía tenemos cierta autoridad, no debemos olvidarnos de que muchos ciudadanos se sienten abandonados, con la impresión de que en los últimos veinte años no ha habido beneficios para ellos en el proceso de paz». Según el pastor de Derry, algunos miembros de las comunidades que han sufrido en el pasado siguen sufriendo ahora, jóvenes que ven cómo la vida se les va de entre las manos. Pero, si hay una lección que las personas de esta ciudad han aprendido con el paso del tiempo es que «la violencia y la destrucción no le ayudan a nadie y no dan ventajas a ninguna de las causas».

Es, pues, un mensaje positivo, a pesar de la locura de estos días, el que propone la Iglesia católica local: «En estos años hemos experimentado que el diálogo es el único camino que hace crecer a las personas, no la reivindicación de la defensa de la propia comunidad por una parte específica, que dice amar el propio país, pero provoca miedo y destrucción en las personas que le ayudan. Todos los que viven en Irlanda del Norte deben, por el contrario, tener en cuenta equitativamente a todas las personas», afirma el religioso.

La manifestación de la semana pasada en Fahan Street tenía como objetivo «construir puentes». La Iglesia católica pide que «en esta ciudad cada quien pueda tener un futuro. Hemos perdido demasiadas personas que creían que no podían tener un futuro, pero ahora tenemos los recursos humanos para crear una comunidad en la que todos se sientan incluidos y tengan los recursos para un mañana mejor. Por ello estamos determinados a decir “no” a una peligrosa vuelta al pasado, protestando en contra quienes promueven destrucción y división». Diálogo e inclusión son, pues, las palabras clave para que los que viven en Derry no tengan miedo. «En la ciudad de los tres puentes, ¿podemos imaginar recorrerlos todos juntos?», concluye el obispo de Derry.

Y, para explicar la situación excepcional de estos días y cómo el rechazo de la violencia haya sido unilateral llegan también las palabras del jefe del Orange Order, Mervyn Gibson, que, desde Newcastle, en el condado de Down, del que forma parte Belfast, recordó que «nacionalistas y republicanos no pueden continuar agitando el fantasma de la Brexit para atemorizar a los ciudadanos en relación con la posibilidad de una unificación de Irlanda, matando personas y arrojando bombas». En Belfast, efectivamente, los miembros de la UVF han atemorizado algunos barrios republicanos, amenazando incluso saquear el aeropuerto local Georg Best, provocando, por algunas horas, su clausura, entre el miércoles y el jueves pasados. También allí hubo otra manifestación en contra de la violencia.