El anuncio, según informa infosj, lo comunicó al final del citado evento, y la ovación de los presentes ante sus palabras se hizo notar. Dijo que todavía están en el inicio del proceso, aunque el cardenal vicario de Roma, Angelo de Donatis, ya ha dado el visto bueno a que la diócesis de Roma —donde falleció Arrupe— abra el proceso de beatificación.

Sosa pidió que rezaran por ello y la colaboración de cualquier persona que tuviera información útil sobre la devoción a Arrupe, “un hombre de verdad arraigado en Cristo y entregado a la misión, cuyo mayor milagro es que estemos hoy aquí”.

Antes de ese anuncio, el Padre General de los jesuitas dio una charla en la que destacó los principales retos a los que se enfrentan la Iglesia y la Compañía de Jesús. Invitó a mirar la secularización como un oportunidad para “liberarnos de ser cristianos automáticamente”. Señaló como desafío para la Iglesia “encarnar el Concilio Vaticano II”.

Apostó por la interculturalidad y la diversidad, así como por una Iglesia de comunidades abiertas a la situación real de las personas en ámbitos como la familia, el matrimonio, la orientación sexual, etc. Una Iglesia que sea capaz de escuchar a los jóvenes.

Animó, ya hablando de la Compañía, a “crecer en cercanía a los pobres” por ser esa cercanía “la mirada de la fe, la mirada de Cristo”. Habló de la importancia de la planificación apostólica desde el discernimiento en común. Respecto a las vocaciones a la Compañía de Jesús, advirtió de que “es el Señor quien llama” y que “a nosotros nos toca crear las condiciones para que se le escuche”. “Es la calidad de las comunidades jesuitas —calidad apostólica, el que hagamos lo que decimos— lo que hace posible que haya vocaciones jesuitas”, afirmó.